Aviso del Cirujano General de EE. UU.: El consumo de marihuana y el cerebro en desarrollo
Yo, el Cirujano General VADM Jerome Adams, estoy enfatizando la importancia de proteger a nuestra Nación de los riesgos para la salud del consumo de marihuana en la adolescencia y durante el embarazo. Los recientes aumentos en el acceso a la marihuana y su potencia, junto con las percepciones erróneas sobre la seguridad de la marihuana, ponen en peligro nuestro recurso más preciado: la juventud de nuestra nación.
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La marihuana, o cannabis, es la droga ilícita más consumida en los Estados Unidos. Actúa uniéndose a los receptores cannabinoides del cerebro para producir una variedad de efectos, que incluyen euforia, intoxicación y alteraciones motoras y de la memoria. Estos mismos receptores cannabinoides también son fundamentales para el desarrollo del cerebro. Son parte del sistema endocannabinoide, que influye en la formación de circuitos cerebrales importantes para la toma de decisiones, el estado de ánimo y la respuesta al estrés.
La marihuana y sus productos relacionados están ampliamente disponibles en múltiples formas. Estos productos se pueden comer, beber, fumar y vapear. La marihuana contiene niveles variables de delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el componente responsable de la euforia y la intoxicación, y cannabidiol (CBD). Si bien el CBD no es intoxicante ni produce adicción, sus efectos a largo plazo se desconocen en gran medida y la mayoría de los productos de CBD no han sido probados y su pureza es incierta.
La marihuana ha cambiado con el tiempo. La marihuana disponible hoy en día es mucho más fuerte que las versiones anteriores. La concentración de THC en las plantas de marihuana comúnmente cultivadas se ha triplicado entre 1995 y 2014 (4 % y 12 % respectivamente). La marihuana disponible en los dispensarios de algunos estados tiene concentraciones promedio de THC entre 17,7% y 23,2%. Los productos concentrados, comúnmente conocidos como dabs o ceras, están mucho más disponibles hoy en día para los usuarios recreativos y pueden contener entre 23,7% y 75,9% de THC.
Los riesgos de dependencia física, adicción y otras consecuencias negativas aumentan con la exposición a altas concentraciones de THC y cuanto más joven es la edad de iniciación. Es más probable que dosis más altas de THC produzcan ansiedad, agitación, paranoia y psicosis. La marihuana comestible necesita tiempo para absorberse y producir sus efectos, lo que aumenta el riesgo de sobredosis no intencionada, así como de ingestión accidental por parte de niños y adolescentes. Además, los consumidores crónicos de marihuana con un alto contenido de THC corren el riesgo de desarrollar una afección conocida como síndrome de hiperemesis cannabinoide, que se caracteriza por ciclos severos de náuseas y vómitos.
Este aviso tiene como objetivo crear conciencia sobre los daños conocidos y potenciales para los cerebros en desarrollo, que plantea la creciente disponibilidad de marihuana altamente potente en múltiples formas concentradas. Estos daños son costosos para las personas y para nuestra sociedad, afectan la salud mental y los logros educativos y aumentan los riesgos de adicción y uso indebido de otras sustancias. Además, el consumo de marihuana sigue siendo ilegal para los jóvenes según la ley estatal en todos los estados; La normalización de su uso aumenta el potencial de consecuencias criminales en esta población. Además de los riesgos para la salud que plantea el consumo de marihuana, la venta o posesión de marihuana sigue siendo ilegal según la ley federal, a pesar de que algunas leyes estatales establezcan lo contrario.
Puedes tomar acción
No se sabe que ninguna cantidad de consumo de marihuana durante el embarazo o la adolescencia sea segura. Hasta que se sepa más sobre el impacto a largo plazo, la opción más segura para las mujeres embarazadas y los adolescentes es no consumir marihuana. Las mujeres embarazadas y los jóvenes (y quienes los aman) necesitan datos y recursos que respalden decisiones saludables. Es fundamental educar a las mujeres y los jóvenes, así como a los familiares, los funcionarios escolares, los líderes estatales y locales y los profesionales de la salud, sobre los riesgos de la marihuana, particularmente a medida que más estados contemplan la legalización.
Se necesitan urgentemente campañas de mensajes con base científica y programas de prevención específicos para garantizar que las organizaciones locales, estatales y nacionales comuniquen y amplifiquen claramente los riesgos. Los médicos pueden ayudar preguntando sobre el consumo de marihuana, informando sobre los riesgos a las futuras madres, a las nuevas madres, a los jóvenes y a las personas vulnerables a los trastornos psicóticos. Los médicos también pueden recetar tratamientos seguros, eficaces y aprobados por la FDA para las náuseas, la depresión y el dolor durante el embarazo. Se necesita más investigación para comprender todos los impactos del THC en el cerebro en desarrollo, pero ahora sabemos lo suficiente como para justificar la preocupación y la acción. Todos tenemos un papel en proteger a nuestros jóvenes de los riesgos de la marihuana.
