Inyecciones de vitaminas faciales en la cara

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La piel es uno de los órganos que más sufre el paso del tiempo. Factores como, por ejemplo, el sol o la contaminación, hacen que su agotamiento se produzca de manera mucho más rápida. Como expertos en medicina estética, desde Clínica Menorca somos plenamente conscientes de que las cremas antiedad, las cuales contienen en su mayoría colágeno o ácido hialurónico, son productos frecuentemente empleados por aquellas personas que se preocupan por cuidar el aspecto de su piel.

Es por este preciso motivo por el que, durante los últimos años, las vitaminas faciales se han convertido en una de las aplicaciones más recurridas. Y es que, al ser tratamientos faciales médico-estéticos no quirúrgicos, son muchos los que recurren a ellas con el objetivo de recuperar el brillo y la firmeza del cutis sin necesidad de pasar por el quirófano.

 

¿Qué son las vitaminas faciales?

La piel es el órgano más grande del cuerpo. Es responsable de protegernos de cualquiera de los elementos externos que puedan incidir en nuestra salud cutánea de manera nociva. Sin embargo, a medida que pasan los años la piel pierde su elasticidad y firmeza, pudiendo ocasionar la aparición de arrugas, manchas u otros signos de envejecimiento.

Las vitaminas faciales responden ante un tratamiento de nutrición dérmica que está compuesto por un cóctel de vitaminas y nutrientes que permiten un rejuvenecimiento facial con resultados increíbles.

 

¿Qué vitaminas faciales se pueden inyectar en el rostro?

Si te estás preguntando cuáles son las vitaminas inyectables que se pueden aplicar sobre el rostro con el fin de rejuvenecer la piel ante el paso del tiempo, estas son algunas de las principales. Las más comunes son las vitaminas A, B, C y E; acompañándose, a menudo, de otros compuestos como el ácido hialurónico y aminoácidos.

  • Vitamina A. Es la encargada de estimular la producción de colágeno y elastina, lo cual ayuda a mejorar la firmeza y elasticidad de la piel. También actúa como antioxidante para protegernos frente al efecto nocivo que puedan tener los rayos UV; reduce la inflamación de la piel y, en consecuencia, la aparición de ciertas afecciones cutáneas; y mejora la cicatrización de la piel.
  • Vitamina C. Antioxidante que ayuda tanto a proteger la piel del daño solar, como del estrés oxidativo. Al igual que la vitamina A, ayuda a la producción de colágeno para contribuir a la firmeza y elasticidad de la piel. También unifica el tono, mejora la cicatrización y reduce la inflamación.
  • Vitamina E. Antioxidante que ayuda a proteger la piel del daño solar y del estrés oxidativo. Contribuye a la hidratación, a reducir la inflamación y a mejorar la cicatrización.
  • Vitamina B. La vitamina B ayuda a mantener la piel sana y radiante. Contribuye a la regeneración celular, a mantener la dermis hidratada, a reducir las inflamaciones que puedan ocasionarse y a mejorar la luminosidad de la piel.
  • Ácido hialurónico. El ácido hialurónico ayuda a mantener la piel hidratada, a reducir la aparición de arrugas y líneas de expresión y a repararla frente a cualquier daño que haya podido aparecer debido a la incidencia nociva de algún agente externo.
  • Aminoácidos. Los aminoácidos ayudan a la hidratación de la piel, a mantenerla firme y elástica y a protegerla del daño solar que puede sufrir debido a la exposición.

Todos juntos consiguen que la piel gane en hidratación y luminosidad en el mismo momento de la aplicación. El potencial de este procedimiento radica, precisamente, en que las vitaminas para el rostro poseen un efecto antioxidante que ayuda a combatir los daños que se relacionan con el envejecimiento.

De ahí que sea posible elegir y combinar las que mejor hagan frente a los problemas del paciente. Un ejemplo puede ser bien el de la vitamina C, la cual favorece la eliminación de las manchas; o bien el de la piridoxina o nicotinamida, las cuáles ofrecen múltiples beneficios en las pieles sensibles. Todo con el objetivo de lograr el mayor rejuvenecimiento facial en el paciente.

 

¿Cómo se aplican las vitaminas faciales inyectables en el rostro?

Las vitaminas faciales se administran mediante inyecciones en la dermis – capa intermedia de la piel – que, convenientemente, deberán ser repetidas un par de veces al año a partir de un tratamiento que se conoce con el nombre de mesoterapia facial. Un procedimiento rápido e indoloro que no requiere un proceso de recuperación excesivamente complejo. Con estas inyecciones, buscamos que los principios activos de las vitaminas anteriormente mencionadas penetren en las capas del cutis para luchar contra los principales signos del envejecimiento que se manifiestan en la piel.

La inyección de las vitaminas faciales es sencilla. Es un proceso que dura entre 15 y 30 minutos, pudiéndose hacer vida normal de forma inmediata. Cada sesión comienza por la limpieza de la piel y la aplicación de una crema anestésica que se deja actuar hasta iniciar su efecto, de manera que el procedimiento no causa dolor en el paciente. Por último, se desinfecta la zona y se procede a infiltrar las vitaminas faciales.

 

¿Para quién están recomendadas las inyecciones de vitaminas faciales?

Las vitaminas faciales están aconsejadas para todas aquellas personas que tengan una tez fina, apagada, deshidratada, con manchas y con cierto nivel de envejecimiento. Además de en la cara, suelen aplicarse en el cuello, el escote e incluso en las manos. Habitualmente se suelen inyectar vitaminas en combinación con el ácido hialurónico, una sustancia que escasea con el paso de los años y que juega un papel muy importante en la hidratación del cutis.

 

Beneficios de inyectar vitaminas faciales en la cara

Las inyecciones de vitaminas para la cara permiten ralentizar los síntomas del envejecimiento cutáneo y suponen un buen avance hacia una efectiva rutina de belleza. Al contrario que ocurre con muchas cremas que se venden en el mercado, las inyecciones de vitaminas faciales contienen una concentración de principios activos más altos, lo que garantiza mejores resultados en las pieles, especialmente en aquellas que muestran un aspecto deshidratado.

Sus beneficios se aprecian tras la primera sesión. La piel recuperará la elasticidad y la luminosidad perdidas. Dependiendo de las vitaminas faciales inyectadas, también se podrán corregir pequeñas imperfecciones, poros abiertos e incluso el acné. La mesoterapia facial con vitaminas suele recomendarse a partir de los 25 o 30 años para que sirva como prevención del paso del tiempo.

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